domingo, 23 de agosto de 2015

Las lavanderas de Portugal (1958)

 
Día de estreno (7-4-1958) Día critica (8-4-1958)

Inspirada en la conocida canción francesa «Las lavanderas de Portugal», la película que lleva igual nombre y que ha sido estrenada en el Cine Fantasio, participa de las mismas características que aquélla un ritmo alegre y ligero, una gracia picante y bulliciosa y un delicioso encanto musical. Pocas veces la compenetración entre una obra y el motivo que la inspira ha sido tan perfecta. Realizada en régimen de co-producción hispano francesa, a nosotros nos ha correspondido poner en el pastel una pequeña parte, pero tal vez haya sido mejor así porque el equipo francés que ha realizado «Las lavanderas de Portugal» ha podido moverse con gran desenvoltura y llevar a cabo una obra coherente y armoniosa, raramente lograda en otros films de régimen y presupuesto bipartito. En efecto, Arne Vernon y Jean Claude Pascal, especialmente, han sabido mantener el tono dinámico, frívolo y gracioso que exige la película, imprimiéndole al propio tiempo, dentro de la indudable convencíonalidad de su argumento, un acento de convicción y de eficacia interpretativa muy notables. La trama urdida para dar vida a un argumento que refleja el espíritu y el ritmo alegre de la canción de Jo Lucchesi, se inicia en París y continúa en Portugal, para volver de nuevo en las secuencias finales de la cinta junto al Arco del Triunfo en la «villa lumiéré». Se trata de la lucha entre dos agencias de publicidad, una de ellas, por cierto, la mar de pintoresca, para encontrar las más bellas lavanderas de Portugal, a fin de realizar una campaña publicitaria. En busca de esta joya escondida, los momentos activos de ambas agencias se ponen en viaje y recorren la hermosa, simpática y atractiva tierra lusitana, cuyas bellezas múltiples nos descubre la cámara al propio tiempo que a la humilde, pero maravillosa, mujer que van buscando. Esta parte del film es indudablemente lo mejor. Los panoramas lusitanos, sus claros de color local, entre los cuales su deslumbrante folklorísmo, el fado, la guitarra, el mar, etc, dan ocasión a admirables fotogramas animadas, que son una delicia, sobre todo, son de destacar, en esta parte, por su especial encanto, las escenas de recogida de las redes en un humilde pueblecito pesquero y la fiesta en la plaza principal de otro bello y atractivo lagar, que es como si el dibujo de un brillante azulejo portugués que se pusiera de pronto en movimiento. Paquita Rico, que es la principal aportación española a esta película, interpreta el papel de la lavandera portuguesa descubierta por los agentes de publicidad, y en este cometido pone a contribución sus dotes de actriz, su belleza de puro tipo ibérico y sus estimables cualidades de cantante. No puede decirse que esté mal, pero a nuestro juicio no alcanza, ciertamente las cumbres del acierto. En resumen, una buena película, graciosa, movida y distraída, que nos parece destinada a un merecido triunfo. La doble dirección de Ramón Torrado y Gaspar Huít ha resultado un lance al alimón bastante bueno. Consignemos, finalmente, que «Las lavanderas de Portugal» está rodada en dyaliscope y eastmancolor. — A. M. T.




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