domingo, 23 de agosto de 2015

Las salvajes del Puente San Gil (1967)

 
Día de estreno (8-9-1967) Día critica (10-9-1967)

Antonio Ribas es un joven realizador barcelonés con experiencia —ha actuado muchas veces de ayudante de dirección y ha realizado films para la T.V.E-— y un evidente sentido de la creación artística. De su película, «Las salvajes del Puente San Gil», lo que más nos satisface es la realización. La trama, tomada de una comedia de Martín Recuerda, es, por el contrario, poco convincente y no excesivamente pródiga en atractivos. Pintar a los públicos rurales como un conjunto de seres casi primitivos, de un gamberrismo gratuito y estúpido, es un recurso viejo y escasamente válido. Aunque algo haya de eso, no lo es, ni de lejos, en la medida exagerada que Martín Recuerda nos quiere hacer creer. Este ha sostenido que su comedia está basada en un hecho real. Permítasenos que lo dudemos mucho. Pero aparte su mayor o menor verosimilitud, la película realizada por Ribas resulta interesante. La labor de éste abunda en aciertos fragmentarios de notable mérito. Nos complace la soltura con que Ribas ha trasladado la historia argumental a la pantalla; el buen ritmo con que han vivido a los personajes y la agilidad con que ha resuelto las situaciones. La trama cuenta la historia de un grupo de artistas que forma un conjunto revesteril que debe actuar en un pueblo castellano. Una revista, aun cuando sea de muy limitados horizontes, producirá siempre una tremenda conmoción en un pequeño pueblo, por naturaleza mojigato y púdico. Por definición la revista es un espectáculo capitalino, difícil de trasplantar, ni siquiera en síntesis, a un ambiente rural. Contra el conjunto revisteril se alza en el acto lo que Benavente llamó la «moralina». Las señoras que se creen defender así las buenas costumbres, se llaman a partido. Unas muchachas bonitas y ligeras de ropa, es para ellas un irremediable motivo de escándalo. La película, que empieza con la ligera gracia de una comedia de costumbres, deriva hacia el drama y acaba en una pequeña aunque significativa catástrofe social. Atractivo esencial de la película es que la mayor parte de sus intérpretes son mujeres. Y también que Antonio Ribas se haya preocupado que estas mujeres sean bonitas, picantes y garbosas. Lo visual tendrá siempre en el cine una función determinante. Del amplio reparto artístico destaca la vivacidad de Trini López, el excelente arte de Elena María Tejeiro y la gracia y la belleza de María Silva, Nuria Torray, Rosana Yani y Vicky Lagos. Del conjunto masculino destaca la brillante figura de Adolfo Marsillach, en un papel de poca duración pero importante. Al estreno asistieron algunas de estas bonitas actrices, que fueron sometidas a interrogatorio, de cara al público, por el locutor y periodista Juan Armengol. También asistió Antonio Ribas que expuso algunas interesantes ideas sobre su credo artístico. Dijo, especialmente, que procura que su cine se oriente hacia la claridad, cualidad que le parece la más estimable virtud cinematográfica. — A. MARTÍNEZ TOMAS.




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